martes, 8 de febrero de 2011

Realidad

Y pensar

que ya todo esta olvidado, que nunca más volverás a caer en sus garras, que no volverá a jugar contigo. Pensar que sigue habiendo un futuro...

Mentiras...son simples y vulgares mentiras.

Le he vuelto a ver. Aquel que origino todo esto, aquel que hizo que empezase a escribir, aquel que tanto daño me ha echo, aquel cuyo recuerdo ha grabado con fuego en mi. 'X'.

Tal vez el recuerdo de 'X' a mi mente al ver a J. solo fue, una preparatoria de lo que el porvenir me depararía.

Estaba con una de mis guardianas, en aquel McDonald's, en aquel centro comercial. Había ido a conocer a su novio.

Entre risas y patatas, pasamos la mañana. Estaba a punto de irme, pero algo desvió mi atención. Un chico moreno, de un metro setenta, se acercaba al mostrador para pedir su comida. Esa ropa. Esa cresta. Esos colmillos. Ese lunar en la nariz. Ese aire de arrogancia...

Se giro. Me miro. Baje la vista asustado.Le rogué a mi amiga que nos fuéramos. Ella le vio, entendió todo y nos fuimos. Fui incapaz de asimilar que el estuviese allí. 2 años. 2 años en los que he jurado una y otra vez que le había olvidado, pero si es obvio que no soy capaz de estar en la misma habitación tan olvidado no le debo tener. Me despedí de ella con la respiración entrecortada y pese a sus objeciones de dejarme solo en mi estado, se acabo subiendo al autobús que la devolvería a su casa.

Pero... Algo me hizo volver. Algo, me decía que no podía irme, no podía irme de esa manera, esa mañana algo tenía que pasar, no era casualidad que nos encontráramos, tanto tiempo después. Y volví. Le busque desesperadamente entre niños celebrando un cumpleaños, colas interminables y ancianos buscando un sitio donde sentarse. Y le encontré ,solo, en un rincón, con su hamburguesa a un euro y un vaso de agua. Solo. Solo, como yo llevo estando desde el mismo día que le aparte de mi lado. Y por un momento, volví a sentir esa ternura, esa ternura que me hizo caer a aquel vació que solo después de varios años y numerosas magulladuras conseguí vencer.

Entonces, como si supiese que le estaba observando, levanto su cabeza de la bandeja y me miro, con esos profundos ojos negros. Y caí en un vació sin fondo, todo mi cuerpo se estremeció, no podía sostenerme en pie y una voz dentro de mí me repetía continuamente !CORRE¡

Tuve miedo de aquello que empezaba a sentir y me fui. Nunca pensé que haría lo que hizo. Se levanto y me siguió corriendo. Seguí intentando escapar. Me atrapo, me cogió de la muñeca y mirándome me dijo 'Tenemos que hablar'. No quería hablar con él, solo quería irme a mi casa. Dios como me arrepentí en ese momento de volver. Le solté un suspiro casi inaudible, pronunciando con las pocas energías que me quedaban un débil 'No'. Me cogió mas fuerte del brazo y me dijo 'Sí y ahora mismo'. Me deshice de su mano como pude y le empecé a chillar, dije tantas cosas sin sentido que no soy capaz de recordar ninguna, excepto aquella última frase que fui capaz de pronunciar antes de salir corriendo '!Dejame en paz¡' y mientras salía corriendo observe como aquellos niños, ancianos y demás miraban atónitos la escena que acababa ocurrir. Todos me habrían paso para mi huida mientras él se quedo parado observandome como me alejaba entre aquel tumulto. No se movió. Cuando volví la mirada de nuevo no estaba. Seguramente volvió dentro del McDonald's. Poco me importa ya donde fué.

¿Cuánto tiempo había pasado desde el episodio en el centro comercial? No lo se, pero estaba demasiado fatigado para dar un paso más.Estaba oscureciendo. Me senté en un parque donde unos cuantos chavales a mi lado celebraban un botellón. Y mire la estela de luz que dejaban los coches a su pasar por la carretera. Y llore... hasta que oscureció por completo. Llore y con cada lágrima algo moría en mí. Todas las murallas, todas las defensas, todo con lo que intente fortificar lo poco que quedaba de mi dañado corazón, de sus afiladas y odiosas garras, de poco habían servido al ver aquellos ojos que tanto mal me habían echo y temo que me harán.

Y temo que un día cualquiera, su perverso sentido de la diversión, le haga llamarme para que volvamos a vernos, que me bombarde a toques y mensajes, que me intente agregar de nuevo. Tengo miedo de ello, porque se que si lo hace, acabare de nuevo a su lado. No habrá más 'yo' sino un simple 'tú'. Dejare de ser lo que soy y me rendiré a sus pies. Porque en cuanto nuestras miradas se cruzaron ni J., ni Él, ni R., ni 'Y', ... importaban ya. Porque cuanta razón hay en sus palabras: 'El primer amor es el de verdad, el resto son solo para olvidar.'

Lna.


'' Es tan misterioso el país de las lágrimas… ''

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