martes, 1 de marzo de 2011

Yo y su mundo.

Un instante lo puede cambiar todo.

Un mero instante puede hacer que tu mundo se derrumbe ante ti, ese mero instante puede poner al mundo entero en tu contra, ese instante puede lanzarte a un precipicio, ese instante hace que dejes de practicar tu fe... Ese instante en el que te levantas y asimilas lo que eres, ese instante en el que por primera vez en el espejo te ves como realmente eres. Ese instante en el que te das cuenta que eres gay, ese instante en el que te das cuenta de que eres el primer musulman gay que has conocido, ese instante en el que te das cuenta que difícilmente llegaras a ser feliz, que el destino siempre te hará elegir entre tu familia, los valores que siempre has seguido, tu mundo, tu cultura o un supuesto amor, que con el mayor de los miedos, llevas años esperando.

Pocas veces hablo de mí en este blog, suelo contaros mis amores y desventuras con todos los hombres que pasan por mi vida, pero creo que sabéis bien poco de mi. Aunque si os soy sincero, dudo que os llegue interesar quien soy o dejo de ser, pero necesito decírselo a alguien, aunque sea a un pervertido nocturno, que buscando porno o un blogero aburrido que por casualidad llegan a encontrar este reducto de libertad que es mi blog. No quiero morir sin que alguien sepa quien es realmente La Noche Azul.

Soy, como me gusta llamarme, un ciudadano del mundo, por mis venas corren sangres de tantos países, desde la rusa, hasta la turca, que no creo que tenga un ''raza'' clara. Si, soy alguien un poco especial en ese sentido. Me críe en un país islámico, aún así no puedo negar que mi infancia no fue feliz, porque sería mentira, pase mi niñez corriendo por el jardín de mi abuelo, entre las numerosas y diversas flores que el anciano cuidaba con mimo y esmero... Como echo de menos ese jardín.

Con unos cuantos años, mis padres quisieron irse de allí, agobiados por un régimen dictatorial, que les perseguía, manipulaba e insultaba. Y de pura casualidad llegamos a España. Siempre vivimos en la misma ciudad gris donde estoy pasando mi juventud.Y con ellos trajeron sus valores, sus tradiciones, su cultura, que me inculcaron desde siempre.

Unos valores, unas tradiciones, una cultura que choca opuestamente con todo lo que soy. Unos valores con los que llevo una vida luchando, unas tradiciones que jamás entenderé y una cultura que tristemente veo como en pasado fue tan liberar y abierto, irónicamente, ahora es tan cerrada y homofóbica.

Pase años sin saber que me pasaba, porqué sentía lo que sentía por ellos. Porque sentía eso por Nicolás (sí, creo que es la primera vez que me atrevo a poner un nombre de verdad). Nico, mi primer amor. Eramos los mejores amigos cuando íbamos a sexto de primaria. No había quien no separase. Cuantas tardes pasamos en aquel parque. No entendí que fue lo que tanto me molesto que Tanía le besase, ahora lo comprendo todo.

Y a partir de que llegara Nicolás a mi vida, nunca volví a ver a mis 'amigos' de la misma forma, y para justificar mí... como llamarlo... ¿exceso de cariño? hacía ellos, buscaba las más variopintas enfermedades, como fue la de una supuesta hiperempatía, que me hacía querer más de lo normal a mis amigos... Ahora su mero recuerdo hace que me entre la risa.

Así pase tantos años de mi vida, justificando lo injustificable, con esa supuesta enfermedad. Hasta conocer a 'X' y bueno, el resto ya lo he contado tantas veces por aquí que no tendría sentido volver a ponerlo. De todas formas darme cuenta de lo que era, darme cuenta de lo que sentía me sumió en una gran depresión. Imaginaros, llevo desde siempre escuchando a mi padre vociferar insultos contra aquellos que siempre son como yo, felicitando al gobierno de mi país por lo bien que lleva esa plaga, el método de mi país es mandarlos todos a la horca y publicitarlo como si fuese un espectáculo circense o bien los hacen desaparecer sin más.

Miles de jóvenes de mi edad han muerto. Yo tuve la suerte de huir, pero cuantos padecen lo mismo que yo, cuantos eligen entre la vida y la libertad, cuantos serán encarcelados en una vida sin sentido, cuantos serán colgados por decidir ser quienes son.

Y cuantas veces en el metro, o en lo alto de algún edificio, o en mitad de la calle, me habré dicho 'Qué fácil sería dar un paso y acabar con todo' y hoy en día lo sigo pensando. Y quien sabe tal vez algún día acabe por hacerlo.

Si tengo razon cuando digo que Almodovar me debe una de sus película, que mejor argumento para uno de sus guiones que la de un inmigrante, musulman y gay¿?

Y una vez más, gracias, por leer la vida de un joven demente, que en la soledad de su cuarto, escribe para unos cuantos desconocidos.

Lna.


Hoy va por vosotros hermanos.

'' Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día. ''

4 comentarios:

  1. No soy uno que pasa por aquí por casualidad buscando otra cosa, pues leo todo lo que escribes, aunque a poco comente.
    A veces contar las cosas a unos cuantos desconocidos no es algo malo. Yo mismo, en vistas a lo que me ha tocado vivir ahora y que me supera demasiado (y todavía no he puesto por escrito pero lo haré cuando esté preparado), he decidio abrir mi blog para desahogarme allí, y como una catarsis eliminar mis temores de la cabeza y así quitarme peso de encima.
    Muchos hemos pensado alguna vez en dar el salto final, pero hemos mantenido con vida la voz de nuestra cabeza que nos decía "no vale la pena". Espero que la tuya la mantengas viva por mucho tiempo, pues es muy valiosa.
    Perdona si me estiendo, pero tus palabras me han llegado. Sólo decirte como mensaje final que yo todas las noches me digo antes de dormir que lo malo no puede durar para siempre. Ten esperanza y no dejes de luchar.
    Un saludo!!

    ResponderEliminar
  2. Y en un instante puede mejorar todo.

    ResponderEliminar
  3. Una reflexión realista, dura y genialmente expresada. Aunque veas durante una noche el cielo totalmente oscuro y negro, siempre habrá un puntito de luz, una estrella. Por muy negro que parezca el destino, siempre hay un camino de luz y esperanza. Ten claro cual es tu camino y síguelo, él ya se encargará de adentrarte en su mundo de luz.

    Me suscribo y te sigo :) ¡Mucho ánimo!

    Un abrazo!!!
    Fernando

    ResponderEliminar
  4. :o
    Creo que con esto resumo cómo me he quedado desde la primera línea. Es increíble cómo escribes, todo en general, antes que ésta leí la otra entrada sobre Venecia y me encantó. Y, desgraciadamente, también tengo que decir que yo he escuchado muchas veces el tema de: los gays todos a la horca, no merecen vivir, está totalmente claro en el Corán que a los homosexuales hayq ue matarlos y un largo etcétera. Sinceramente, no puedo dejar de pensar que alguien, en algún de momento de su vida, le dijo a mis padres "así os salga un hijo gay", por homófobos.
    Desgraciadamente, creo que casi todos nos hemos planteado en algún momento de nuestras vidas acabar con nosotros mismos, porque..., ¿de qué sirve todo esto? Y ya sea por cobardía, pereza, un repentino impulso optimista o porque ese día habías cogido un libro en la biblioteca en el que aparecía un chico sonriendo muy mono, decides dejarlo para otro día. No puedo menos que sentirme como Emily Loizeau en Je ne sais pas choisir.
    Y pasar días enteros llorando, sin llorar. Sollozando. Hasta que un día dices: "Hasta aquí hemos llegado. Se acabó el llorar". Y dejas de llorar, sí; pero sigues estando mal. Por lo menos no exteriorizas tu debilidad ante los demás, esa debilidad peligrosa, que puede provocar tu destrucción, porque es lo que buscan. E intentas mil formas de alegrarte, pero no lo consigues, y te empiezas a preguntar: "¿Acabará esto algún día? ¿Saldré de esto?". Llega un momento en el que te cansas de preguntártelo y vuelves a llorar. Y te cagas en la vida, porque ves a la gente por la calle y es feliz. Ves la tele y todo el mundo es feliz. Ves a tus amigos y son felices. ¿Por qué coño yo no lo soy? ¿Qué he hecho para merecer esto? Y entonces te dices a ti mismo: "Es porque eres gay". Y te pasas todas las noches rezando para volverte hetero, cuando rezas al amanecer, pides por ser hetero; cuando rezas al mediodía, pides por ser hetero; cuando rezas por la tarde, pides por ser hetero; cuando rezas en el crepúsculo pides por ser hetero y cuando rezas por la noche, pides por ser hetero. Pero nunca se cumple, y te das cuenta de que te siguen gustando los hombres. Finalmente te resginas y te vuelves a plantear el suicidio. Y te salva un personaje desconocido, que aparece en un libro de Lalana, más concretamente en Morirás en Chafarinas. Y decides seguir adelante un poco más. Pero ves que no puedes. Sin embargo, ésta vez ya has tomado una decisión. Suicidarse es el camino fácil. Pase lo que pase, tiraré adelante. Y un día, como por arte de magia, te encuentras leyendo el blog de alguien, que no sabes quién es, pero por el que sientes una simpatía. Ya no por el hecho de que sea musulmán, que también, sino por la paridad de sentimientos. De emociones.

    Buff, creo que me he pasado escribiendo. Hacía ya mucho que no me soltaba. Sorry por la extensión. Pero que vamos, encantado de la vida de leer tu blog ^^. Aquí andaremos.

    ResponderEliminar